¿Es normal que en Corea no se besen en lugares públicos?

¿Es normal que en Corea no se besen en lugares públicos?

No es algo normal besarse por la calle. Si decimos que «en Corea no se besan por la calle» podemos llegar a pensar erróneamente que realmente nadie se besa, que no existe contacto físico. Esa (falsa) idea de que los habitantes de Asia Oriental, especialmente japoneses y coreanos son fríos, distantes, nada físicos, es muy dicha ¿Verdad?
No existen las verdades absolutas, y mucho menos en las generalizaciones sociales. Las sociedades también cambian y son las personas las que las hacen cambiar.
No hay, que yo sepa, ninguna ley que prohíba besar en público a tu pareja. Pero siempre hay leyes morales no escritas, costumbres de origen confucionista, que minan la voluntad de ir más allá y buscar el intercambio de besos.
Aun recuerdo en un programa donde fueron invitados Gdragon, Daesung, Kahi.. Donde hablaron de promesas y Daesung mencionó la de beso en público, deberían ver las expresiones de los demás por ese comentario.
Los tiempos van cambiando y los jóvenes son quienes quieren llevar los besos a la calle aunque tan solo sean unos cortos y con apenas de contacto. Esta bien que quieran ser revolucionarios pero la idea tampoco es irse al extremo, ¿no?
Cuentame que te parece esta costumbre..

El makgeolli

gambeh
El makgeolli, también conocido como makkoli o makuly(takju) —a veces llamado en Occidente vino de arroz coreano—, es una bebida típica de Corea. Se trata de un lícor hecho a base de trigo y de arroz. Su color es blanco y recuerda bastante a la leche. Tiene un sabor dulce y a veces al final un poco picante, como cuando tomas una bebida con gas. A veces incluso se mezcla con un poco de chilsung sider (un refresco parecido a sprite o seven up). Se elabora fermentando la mezcla de arroz hervido, trigo y agua, y contiene un contenido alcohólico del 6,5–7%.

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La ceremonia tradicional del té en Corea

El té se prepara y se toma como una experiencia poética. En esencia, todo lo que se hace es preparar té y saborearlo. El té debe gobernar y guiar constantemente el cuerpo y la mente. El ritual con el que se toma ayuda a la mente a entrar en un estado de relajación concentrada, donde apreciar el sabor del té y el regusto que deja en la boca. Hay que tener cuidado en que el ritual no produzca rigidez, sino al contrario, exprese la naturalidad de gestos cotidianos. Sigue leyendo